¿Cómo revisar los niveles de aceite y refrigerante?
La correcta revisión de los niveles de aceite y refrigerante en un vehículo es fundamental para asegurar su óptimo funcionamiento y evitar problemas mecánicos serios. Estos dos fluidos son esenciales para el motor y el sistema de refrigeración, y mantenerlos en niveles adecuados puede prevenir sobrecalentamientos, desgastes prematuros y costosas reparaciones. En esta guía, te enseñaremos a revisar ambos niveles de manera simple y eficaz.
1. Importancia del aceite y refrigerante
Antes de entrar en detalles sobre cómo realizar las revisiones, es importante comprender por qué estos líquidos son tan cruciales. El aceite del motor actúa como lubricante, minimizando la fricción entre las piezas móviles y ayudando a disipar el calor. Por otro lado, el refrigerante (o líquido de refrigeración) es esencial para regular la temperatura del motor, evitando que se sobrecaliente.
Un nivel bajo de aceite puede resultar en un desgaste acelerado de las partes internas del motor, mientras que un refrigerante escaso puede llevar a un sobrecalentamiento, que a menudo termina con el motor fundido por lo que el conductor termina en un servicio de mecánico a domicilio o un servicio de rescate vial. Por eso, revisar regularmente estos niveles es un hábito que todo conductor debe adoptar.
2. Revisando el nivel de aceite
Materiales necesarios:
- Trapo limpio o toalla de papel
- Embudo (opcional, para añadir aceite si es necesario)
Pasos para la revisión:
- Estacionar el vehículo en una superficie plana: Esto es clave para obtener una lectura precisa. Si el coche está en una pendiente, el aceite puede desplazarse hacia un lado del motor, dando una lectura incorrecta.
- Esperar unos minutos: Si has estado conduciendo, permite que el motor repose por al menos 5-10 minutos. Esto permite que el aceite se asiente en el cárter y que puedas obtener una lectura más precisa.
- Ubicar la varilla de medición: Abre el capó del vehículo y busca la varilla de medición del aceite. Normalmente, tiene un mango de color brillante (amarillo o naranja) y se encuentra cerca del motor.
- Retirar y limpiar la varilla: Saca la varilla, límpiala con un trapo limpio o toalla de papel para eliminar el aceite residual. Luego, vuelve a insertar la varilla completamente y retírala nuevamente.
- Verificar el nivel de aceite: Observa las marcas en la varilla. Generalmente, hay dos marcas: una que indica el nivel mínimo y otra que señala el nivel máximo. El aceite debe estar entre estas dos marcas. Si está por debajo de la marca mínima, es necesario añadir más.
- Añadir aceite si es necesario: Si necesitas agregar aceite, utiliza un embudo para evitar derrames. Asegúrate de usar el tipo de aceite recomendado en el manual del propietario. Vierte poco a poco y vuelve a revisar con la varilla hasta alcanzar el nivel deseado.
- Cerrar el capó: Asegúrate de que todo esté bien cerrado y asegurado antes de arrancar el motor nuevamente.
3. Revisando el nivel de refrigerante
Materiales necesarios:
- Guantes de protección
- Trapo limpio
- Embudo (opcional)
Pasos para la revisión:
- Asegurarse de que el motor esté frío: Nunca revises el nivel de refrigerante con el motor caliente, ya que el sistema está presurizado y podrías quemarte. Deja que el motor repose al menos una hora después de haber estado funcionando.
- Ubicar el depósito de refrigerante: En la mayoría de los vehículos, el depósito de refrigerante es un tanque de plástico transparente con una tapa de color que suele estar marcado con «refrigerante» o «coolant».
- Verificar el nivel: Observa las marcas en el lado del depósito. Debes ver dos niveles: mínimo y máximo. El nivel de refrigerante debe estar entre estas marcas. Si está por debajo de la marca mínima, es necesario agregar refrigerante.
- Añadir refrigerante si es necesario: Si el nivel está bajo, abre la tapa del depósito. Usa un embudo para evitar derrames y vierte el refrigerante recomendado para tu vehículo. Es importante utilizar el tipo de refrigerante adecuado, ya que no todos son compatibles con todos los motores.
- Comprobar el sistema de refrigeración: Además de revisar el nivel de refrigerante, asegúrate de que no haya fugas visibles alrededor del depósito, las mangueras y el radiador. Si notas alguna fuga, es recomendable llevar el vehículo a un mecánico.
- Cerrar el depósito: Asegúrate de cerrar bien la tapa del depósito para evitar que el refrigerante se evapore o se contamine.
4. Consejos adicionales
- Frecuencia de revisión: Se recomienda revisar el nivel de aceite y refrigerante al menos una vez al mes, o cada vez que realices un viaje largo. Si utilizas tu vehículo en condiciones severas (climas extremos, caminos de tierra, etc.), podrías necesitar revisarlo con mayor frecuencia.
- Atención a las señales: Si notas que el motor hace ruidos extraños, si hay una luz de advertencia encendida en el tablero o si el motor se sobrecalienta, no ignores estas señales. Puede ser un indicativo de que hay un problema con el aceite o el refrigerante.
- No mezcles refrigerantes: Si es necesario agregar refrigerante y no tienes el tipo específico recomendado, es mejor que lleves el vehículo a un taller para que te orienten. Mezclar diferentes tipos de refrigerantes puede causar problemas en el sistema de refrigeración.
- Mantener un registro: Llevar un registro de cuándo realizas estas revisiones puede ser útil para tu mantenimiento general. Esto te permitirá saber si hay un patrón en la disminución de los niveles, lo que podría indicar un problema subyacente.
5. Consideraciones finales
Revisar regularmente los niveles de aceite y refrigerante es una práctica sencilla que puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y un inconveniente en la carretera. Mantenerte al tanto de estos fluidos no solo alarga la vida de tu motor, sino que también te brinda la tranquilidad de saber que tu vehículo está en óptimas condiciones para enfrentar cualquier trayecto.
Adoptar estos hábitos de mantenimiento puede ayudarte a evitar situaciones desagradables que requieren la asistencia de una grúa. Así que no dudes en hacer de la revisión de aceite y refrigerante una parte habitual de tu rutina de cuidado vehicular.